Cuidado con las apariencias
(Marcos 12, 38-44) «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles […] Estos recibirán un castigo muy riguroso».
(Marcos 12, 38-44) «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles […] Estos recibirán un castigo muy riguroso».
«La soberbia es el principio de todo pecado.» (Ecles 10,15) Y, qué difícil será salvarse a los soberbios: «la soberbia es signo clarísimo de reprobación, mientras que la humildad lo es de predestinación» (San Gregorio Magno).
Si Lucifer y los demás Ángeles malos no hubiesen caído en el pecado de orgullo, no existirían demonios, y, por consiguiente, nadie habría tentado a nuestros primeros padres, y así ellos hubieran tenido la suerte de perseverar.