La Iglesia y las tempestades
(Marcos 4, 35-41) Entonces Él se levantó, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla; sosiégate!» Y se apaciguó el viento y fué hecha gran bonanza. Después les dijo: «¿Por qué sois tan miedosos? ¿Cómo es que no tenéis fe?»
(Marcos 4, 35-41) Entonces Él se levantó, increpó al viento y dijo al mar: «¡Calla; sosiégate!» Y se apaciguó el viento y fué hecha gran bonanza. Después les dijo: «¿Por qué sois tan miedosos? ¿Cómo es que no tenéis fe?»
(Marcos 3, 1-6) Mas Él mirándolos en derredor con ira, contristado por el endurecimiento de sus corazones, dijo al hombre: «Alarga la mano». Y la alargó, y la mano quedó sana.
(Marcos 2, 1-12) «¿Por qué discurrís así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados»
(Marcos 1, 40-45) «¡Mira! No digas nada a nadie; mas anda a mostrarte al sacerdote, y presenta, por tu curación, la ofrenda que prescribió Moisés, para que les sirva de testimonio»
(Marcos 1, 21-28) «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva e impartida con autoridad! ¡Aun a los espíritus inmundos manda, y le obedecen!»
(Lucas 5, 17-26) Cuando él vio la fe de aquellos hombres, dijo al paralítico: «Amigo mío, se te perdonan tus pecados».
(Mateo 9, 27-31) «Os sea hecho según vuestra fe»
(Mateo 15, 29-37) «Me da lástima de estas gentes, porque hace ya tres días que no se apartan de Mí, y ya no tienen qué comer. No quiero despedirlas en ayunas, no sea que les falten las fuerzas en el camino»
(Mateo 8, 5-11) «Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo, mas solamente dilo con una palabra y quedará sano mi criado»
(Lucas 18, 35-43) «Recobra la vista; tu fe te ha curado»
(Lucas 14, 1-6) «¿Quién hay de vosotros, que viendo a su hijo o su buey caído en un pozo, no lo saque pronto de allí, aun en día de sábado?»
(Lucas 13, 10-17) Al verla Jesús, la llamó y le dijo: «Mujer, queda libre de tu enfermedad». Y puso sobre ella sus manos, y al punto se enderezó y se puso a glorificar a Dios.
(Lucas 7, 11-17) Al verla, el Señor movido de misericordia hacia ella, le dijo: «No llores»
(Marcos 9, 14-29) «Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”»
(Marcos 8, 22-26) «Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan»
(Marcos 10, 46-52) Jesús le dijo: «¿Qué deseas que te haga?» El ciego le respondio: «¡Rabbuni, que yo vea!» Jesús le dijo: «¡Anda! tu fe te ha sanado»
(Marcos 10, 46-52 ) Jesús le dijo: «¿Qué deseas que te haga?» El ciego le respondio: «¡Rabbuni, que yo vea!» Jesús le dijo: «¡Anda! tu fe te ha sanado»
Al igual que San José, Nuestra Señora estaba en todo Su esplendor pero a la derecha del sol, vestida con las túnicas azules y blancas de Nuestra Señora del Rosario.
(Marcos 7, 31-37) Y en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo hizo bien: hace oír a los sordos, y hablar a los mudos»
(Mateo 17, 22-27) «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; y lo harán morir, y al tercer día resucitará»
Esto te permitirá poder pagar más rápido la próxima vez, en el catastro te haremos unas preguntas de seguridad, los datos de tarjeta de crédito no son guardados en este sitio web, sino procesados en un ambiente seguro en Bancard.
Cargando.. aguarde unos segundos..