Jesús, el Hijo de Dios
(Juan 10, 31-42) «[…] Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero ya que las hago, si no queréis creerme, creed al menos, a esas obras, para que sepáis y conozcáis que el Padre es en Mí, y que Yo soy en el Padre»
(Juan 10, 31-42) «[…] Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis; pero ya que las hago, si no queréis creerme, creed al menos, a esas obras, para que sepáis y conozcáis que el Padre es en Mí, y que Yo soy en el Padre»
(Mateo 7, 21-29) «El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca»
(Lucas 10, 25-37) «[Un samaritano, que iba de viaje, llegó a donde estaba, lo vio y se compadeció de él; y acercándose, vendó sus heridas […]; luego poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo condujo a una posada y cuidó de el»