Fiesta de los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael
(Juan 1, 47-51) «En verdad, en verdad os digo: Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre»
(Juan 1, 47-51) «En verdad, en verdad os digo: Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del hombre»
(Mateo 1, 18-23) «He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros»
(Lucas 1, 39-56) «¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno.»
Con el nacimiento de María, una luz maravillosa se enciende por fin en la oscuridad del mundo. La Aurora de la Luz, predestinada por Dios, por obra del Espíritu Santo, nos trae al Salvador que viene a «iluminar a los que están en tinieblas y sombras de muerte, para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz» (Lc 1,29). La primera Eva nos trajo pecado, oscuridad y muerte. La nueva Eva nos trae gracia, luz y vida.