Sexto Mandamiento: No cometerás adulterio
Una vez prohibido el homicidio se pasa a prohibir el adulterio; con toda razón, porque marido y mujer son como un solo cuerpo: «Serán, dice el Señor, dos en una sola carne» (Gen 2,24). Por lo cual, después del ataque perpetrado contra la vida misma de uno, no hay injuria mayor que la inferida al cónyuge. «No cometerás adulterio» (Ex 20,14).