Evangelio según san Mateo 10, 22-25
Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que perseverare hasta el fin, ese será salvo. Cuando os persiguieren en una ciudad, huid a otra. En verdad, os digo, no acabaréis (de predicar en) las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre”. “El discípulo no es mejor que su maestro, ni el siervo mejor que su amo. Basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo ser como su amo. Si al dueño de casa llamaron Beelzebul, ¿cuánto más a los de su casa?
Esta homilía apareció por primera vez aquí el 2 de Mayo de 2023
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