No juzgar a otros
(Mateo 7, 1-5) «No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán»
(Mateo 7, 1-5) «No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán»
(Mateo 6, 1-6. 16-18) «Tú, al contrario, cuando quieras orar entra en tu aposento, corre el cerrojo de la puerta, y ora a tu Padre que está en lo secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagara»
(Lucas 11, 42-46) «¡Ay de vosotros, fariseos! ¡porque dais el diezmo de la menta, de la ruda y de toda legumbre, y dejáis de lado la justicia y el amor de Dios!»
(Mateo 16, 24-28) «Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey»
(Mateo 21, 28-32) «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis»
El Sacratísimo Corazón de Nuestro Señor Jesucristo guarda en su interior dos aspectos importantes de su santidad: El Amor y la Justicia, ambas brotan como manantiales de agua viva que purifican a la Iglesia.
(Mateo 5, 1-12) «Dichosos serán ustedes, cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos»
(Mateo 20, 1-16) En su justicia, Dios pagará a cada uno aquello que le corresponde, ¿Cuál paga? la paga eterna, la posesión de Dios.
(Mateo 20, 1-16) «Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo»
(Mateo 5, 20-26) «No matarás y el que mate será llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado también ante el tribuna».