Llevemos con alegría el yugo de Cristo
(Mateo 11, 28-30) «Venid a Mí todos los agobiados y los cargados, y Yo os haré descansar»
(Mateo 11, 28-30) «Venid a Mí todos los agobiados y los cargados, y Yo os haré descansar»
(Lucas 19, 41-44) Y cuando estuvo cerca, viendo la ciudad, lloró sobre ella. y dijo: «¡Ah si en este día conocieras también tú lo que sería para la paz! […]»
(Lucas 16, 1-8) «Y alabó el señor al inicuo mayordomo, porque había obrado sagazmente»
(Lucas 14, 1- 7-11) «[…] cuando seas invitado, ve a ponerte en el último lugar, para que, cuando entre el que te invitó, te diga: “Amigo, sube más arriba”. Y entonces tendrás honor a los ojos de todos los convidados. Porque el que se levanta, será abajado; y el que se abaja, será levantado»
(Lucas 17, 11-19) Entonces Jesús dijo: «¿No fueron limpiados los diez? ¿Y los nueve dónde están? ¿No hubo quien volviese a dar gloria a Dios sino este extranjero?» Y le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado»
(Lucas 10, 38-42) «¡Marta, Marta! tú te afanas y te agitas por muchas cosas. Una sola es necesaria. María eligió la buena parte, que no le será quitada»
(Lucas 17, 3b-10) Y el Señor dijo: «Si tuvierais alguna fe, aunque no fuera más grande que un grano de mostaza, diríais a este sicomoro: “Desarráigate y plántate en el mar”, y él os obedecería.
(Lucas 9, 43-45) «Vosotros, haced que penetren bien en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre ha de ser entregado en manos de los hombres»
(Lucas 15, 1-10) Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’.
(Lucas 14, 25-33) «Si alguno quiere seguirme y no me prefiere a su padre y a su madre, a su esposa y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, más aún, a sí mismo, no puede ser mi discípulo […]»
(Lucas 14, 1.7-14) «[…] Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido»
(Lucas 13, 22-30) «Esfuércense en entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán»
(Lucas 12, 49-53) «”He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!»
(Lucas 12, 32-48) «[…] Al que mucho se le da, se le exigirá mucho, y al que mucho se le confía, se le exigirá mucho más»
(Lucas 12, 13-21) Y dirigiéndose a la multitud, dijo: «Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea»
(Lucas 10, 38-42) «¡Marta, Marta! tú te afanas y te agitas por muchas cosas. Una sola es necesaria. María eligió la buena parte, que no le será quitada»
(Lucas 9, 51-62) Otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame primero despedirme de mi familia». Jesús le contestó: «El que empuña el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios»
(Lucas 24, 46-53) «[…] Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto»
(Lucas 6, 39-45) «Un buen árbol no da frutos podridos, ni un árbol podrido da frutos buenos. Porque cada árbol se conoce por su propio fruto»
(Marcos 9, 41-50) «Si tu mano te hace pecar, córtala. Mejor te es entrar manco en la vida, que ir con las dos manos a la Gehena, al fuego inextinguible»
Esto te permitirá poder pagar más rápido la próxima vez, en el catastro te haremos unas preguntas de seguridad, los datos de tarjeta de crédito no son guardados en este sitio web, sino procesados en un ambiente seguro en Bancard.
Cargando.. aguarde unos segundos..