[Homilía Diaria] Perdonemos porque Dios nos perdonó primero
(Mateo 18, 21–19, 1) «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»
(Mateo 18, 21–19, 1) «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»
(Mateo 14, 13-21) «Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos»
(Mateo 14, 13-21) «Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos»
(Mateo 13, 36-43) «Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo»
(Mateo 12, 46-50) «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
(Mateo 12, 38-42) «Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará, será la del profeta Jonás»
(Juan 15, 9-17) «Como mi Padre me amó, así Yo os he amado: permaneced en mi amor. Si conserváis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que Yo, habiendo conservado los mandamientos de mi Padre, permanezco en su amor»
(Mateo 10, 16-23) «El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará»
(Mateo 10, 7-15) «Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad»
(Mateo 10, 1-7) «No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos»
(Mateo 9, 1-8 ) «Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados»
(Mateo 16, 13-19) «Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”»
(Mateo 8, 5-17) «Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. […]»
(Marcos 8, 1-4) «No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación»
(Lucas 1, 57-66. 80) «“Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios».
(Mateo 7, 6. 12-14) «[…] Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!»
(Lucas 2, 41-51) «Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas».
(Mateo 6, 7-15) «Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial».
(Mateo 6, 1-6; 16-18) «Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará»
(Mateo 5, 43-48) «Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto»