[Homilía Diaria] No te compares con los demás
(Mateo 20, 1-16) «Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo»
(Mateo 20, 1-16) «Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo»
(Mateo 19, 23-30) «Y todo aquel que por mí haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o esposa o hijos, o propiedades, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna»
(Mateo 18, 21–19, 1) «Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?»
(Mateo 14, 13-21) «Cuando Jesús desembarcó, vio aquella muchedumbre, se compadeció de ella y curó a los enfermos»
(Mateo 14, 13-21) «Todos comieron hasta saciarse, y con los pedazos que habían sobrado, se llenaron doce canastos»
(Mateo 13, 36-43) «Explícanos la parábola de la cizaña sembrada en el campo»
(Mateo 12, 46-50) «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»
(Mateo 12, 38-42) «Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se le dará, será la del profeta Jonás»
(Juan 15, 9-17) «Como mi Padre me amó, así Yo os he amado: permaneced en mi amor. Si conserváis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, lo mismo que Yo, habiendo conservado los mandamientos de mi Padre, permanezco en su amor»
(Mateo 10, 16-23) «El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo; los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que persevere hasta el fin, se salvará»
(Mateo 10, 7-15) «Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad»
(Mateo 10, 1-7) «No vayan a tierra de paganos, ni entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos»
(Mateo 9, 1-8 ) «Ten confianza, hijo. Se te perdonan tus pecados»
(Mateo 16, 13-19) «Luego les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”»
(Mateo 8, 5-17) «Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; con que digas una sola palabra, mi criado quedará sano. […]»
(Marcos 8, 1-4) «No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación»
(Lucas 1, 57-66. 80) «“Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios».
(Mateo 7, 6. 12-14) «[…] Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!»
(Lucas 2, 41-51) «Su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas».
(Mateo 6, 7-15) «Si ustedes perdonan las faltas a los hombres, también a ustedes los perdonará el Padre celestial».