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Recogemos algunas de las preguntas más comunes sobre la Cuaresma con las respuestas de San Josemaría Escrivá para comprender mejor el sentido de este periodo litúrgico.
Algunos expertos comparan a la Lectio Divina con una escalera, donde cada etapa del proceso es un peldaño. Su base se asienta sobre la Biblia y su extremo superior penetra el corazón de Dios y «escruta los secretos de los cielos». Con la Lectio Divina podemos elevar nuestra alma y realizar ese íntimo diálogo en el que, a través de la lectura, se escucha a Dios que habla.
Para abrazar la vocación y discernir la inclinación del corazón es necesario que los Padres o el mismo joven interesado conozcan las señales de la verdadera vocación, señales no definitivas, pero que podrían abrir caminos para conocer la elección del estado de vida. El Padre Emvin pretende que a partir de estos enunciados las almas que aspiran a la búsqueda de Dios, puedan disipar sus dudas.
Una vida descerebrada y desalmada, ligada a una pantalla táctil, que tal vez sea el paso previo (y tal vez sin retorno) a nuestro internamiento en la trituradora, allá donde formaremos la papilla humanoide que conviene a los nuevos tiranos.
«Si quieres», puedes alcanzar la vida eterna. ¿Puedo no quererlo? ¿Puedo pasar la vida mortal sin acordarme de la vida eterna?
La histeria contemporánea en torno a la "sobrepoblación" comenzó en 1968 con la publicación de una obra, luego muy difundida, titulada The Population Bomb ("La bomba de la población").
¿Qué quiere, pues, el Decálogo? Que tengamos mirada católica, oído católico, lengua católica, manos católicas, pies católicos y corazón católico. ¿Queremos vivir? ¿Deseamos aquí abajo una vida tranquila y feliz? Para ello no hay otro camino que el que señaló el Señor: el cumplimiento de la Ley de Dios.
¿Cómo pueden los padres de familia reconocer una vocación desde el punto de vista de la psicología del llamado? Antes de dar un juicio exacto y concreto es preciso que se manifiesten en el joven algunas señales objetivas y sólidas que revelan a un alma capaz de ser llamada a esa misión tan noble.
Muchas veces la vocación está ahí, es cuestión es reconocerla. El autor del Libro "Las vocaciones. Encontrarlas, examinarlas y probarlas", el P. Emvin Busuttil, nos deja algunos casos de cómo Dios va llamando a las almas para servirle.