
La Iglesia es indefectible
(Juan 6, 16-21) Pero Él les dijo: «No tengáis miedo». Entonces se decidieron a recibirlo en la barca, y en seguida la barca llegó a la orilla, adonde querían ir.
(Juan 6, 16-21) Pero Él les dijo: «No tengáis miedo». Entonces se decidieron a recibirlo en la barca, y en seguida la barca llegó a la orilla, adonde querían ir.
(Juan 20, 19-31) Tomás respondió y le dijo: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «Porque me has visto, has creído; dichosos los que han creído sin haber visto».
(Marcos 16, 9-15) «Id por el mundo entero, predicad el Evangelio a toda la creación»
(Juan 21, 1-14) Aproximóse Jesús y tomando el pan les dio, y lo mismo del pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús, resucitado de entre los muertos, se manifestó a sus discípulos.
(Lucas 24, 35-48) «¿Por qué estáis turbados? y ¿por qué se levantan dudas en vuestros corazones? Mirad mis manos y mis pies: soy Yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne ni husos, como veis que Yo tengo»
(Juan 20, 11-18) «Jesús le dijo: “Mariam”. Ella, volviéndose, dijo en hebreo: “Rabbuní”, es decir: “Maestro”»
Muchas manifestaciones hizo Jesucristo para mostrar a sus Apóstoles que verdaderamente había resucitado. Por eso se les apareció, no durante la oscuridad de la noche, en que un ensueño deslumbrador puede interpretar un fantasma, sino de día, claramente, irradiando exhalaciones de luz más resplandecientes que el sol del mediodía.
(Mateo 28, 8-15) «No temáis. Id, avisad a los hermanos míos que vayan a Galilea; allí me verán»
(Juan 20, 1-9) «Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto»
A lo largo de la historia ninguna hipótesis logró cumplir con el rigor de condiciones de historicidad para explicar la realidad de la Resurrección.
La secuencia de cómo se dieron las apariciones de Cristo resucitado nos iluminan el entendimiento para conocer cómo se desarrollaron los hechos después de la Resurrección hasta la Ascensión. Mons. Charles Pope presenta una probable cronología de los eventos de Pascua, basada en los Santos Evangelios y una pizca de especulación.
(Lucas 24, 35-48) «Así estaba escrito que el Cristo sufriese y resucitase de entre los muertos al tercer día, y que se predicase, en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de estas cosas»
(Lucas 24, 13-35) «¿No es verdad que nuestro corazón estaba ardiendo dentro de nosotros, mientras nos hablaba en el camino, mientras nos abría las Escrituras?»
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