«Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo»
(Mateo 18, 21-35) Arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: «Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo». Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda.
(Mateo 18, 21-35) Arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: «Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo». Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda.