Curar a los enfermos que se nos acercan
(Lucas 4, 38-44) «[…] todos los que tenían enfermos, cualquiera que fuese su mal, se los trajeron, y Él imponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba»
(Lucas 4, 38-44) «[…] todos los que tenían enfermos, cualquiera que fuese su mal, se los trajeron, y Él imponía las manos sobre cada uno de ellos, y los sanaba»
(Lucas 4, 31-37) «¿Qué cosa es ésta que con imperio y fuerza manda a los espíritus inmundos, y salen?»
(Lucas 4, 16-30) «Seguramente me dirán aquel refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo, y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm’»
(Mateo 25, 14-30) «[…] ¡Bien! siervo bueno y fiel; en lo poco has sido fiel, te pondré al frente de lo mucho; entra en el gozo de tu señor»
(Mateo 16, 21-27) «Entonces, dijo a sus discípulos: “Si alguno quiere seguirme, renuncie a sí mismo, y lleve su cruz y siga tras de Mí. Porque el que quisiere salvar su alma, la perderá; y quien pierda su alma por mi causa, la hallará. Porque ¿De que sirve al hombre, si gana el mundo entero, mas pierde su alma?»
(Mateo 25, 1-13) «¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’ Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas […]»
(Mateo 24, 42-51) «¡Feliz el servidor aquel, a quien su señor al venir hallare obrando así! En verdad, os digo, lo pondrá sobre toda su hacienda»
(Lucas 4, 31-37) «¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios»
(Mateo 23, 27-32) «Por fuera parecen justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad»
(Mateo 20, 1-16) «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete. Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti.
¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?»
«Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas larga vida en la tierra que el Señor tu Dios te dará» (Ex 10,12). «Quien teme al Señor, honra a sus padres, y servirá como a señores a los que lo engendraron, con obras, palabras y con toda paciencia. Honra a tu padre (o a tu madre), para que venga sobre ti la bendición de Dios» (Eccli 3,8,10).
(Mateo 23, 23-26) «¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera»
(Marcos 6, 17-29) «Quiero que me des ahora mismo, en una charola, la cabeza de Juan el Bautista»
(Mateo 23, 13-22) «Quien jura por el altar, nada importa; mas quien jura por la ofrenda que está sobre él, queda obligado»
(Mateo 23, 8-12) «El mayor entre ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado»
(Mateo 16, 13-20) «Y Yo, te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia, y las puertas del abismo no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos».
(Mateo 16, 13-20) «Respondiole Simón Pedro y dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo”. Entonces Jesús le dijo: “Bienaventurado eres, Simón Bar-Yoná, porque carne y sangre no te lo reveló, sino mi Padre celestial».
(Mateo 22, 34-40) «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente»
(Mateo 24, 42-51) «[…] También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre»
(Mateo 22, 1-14) «Las bodas están preparadas, mas los convidados no eran dignos. Id, pues, a las encrucijadas de los caminos, y a todos cuantos halléis, invitadlos a las bodas»
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