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Tercer mandamiento: Acuérdate de santificar el sábado
Aula en Vivo

Tercer Mandamiento: Acuérdate de santificar el sábado

El Tercer Mandamiento de la ley nos dice que debemos reverenciar a Dios. «Acuérdate de santificar el día sábado» (Ex 20,8). Porque quiso Dios que hubiera un día determinado en que los hombres se dedicasen a su servicio.

CONTENIDO EXCLUSIVO PARA MIEMBROS.

Santa María Reina
Homilía Diaria

Santa María Reina

(Lucas 1, 26-38) «Yo soy la servidora del Señor, que se haga en mí según tu Palabra»

El sentido cristiano de los bienes materiales
Homilía Diaria

El sentido cristiano de los bienes materiales

(Mateo 19, 23-30) «[…] Y todo el que dejare casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o mujer, o hijos, o campos por causa de mi nombre, recibirá el céntuplo y heredará la vida eterna»

«Guarda los mandamientos»
Homilía Diaria

«Guarda los mandamientos»

(Mateo 19, 16-22) «¿Por qué me preguntas a mí acerca de lo bueno? Uno solo es el bueno: Dios. Pero, si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos»

Pedir aunque parezca que Dios no escucha
Homilía Diaria

Pedir aunque parezca que Dios no escucha

(Mateo 15, 21-28) «Ella, no obstante, vino a prosternarse delante de Él y dijo: “¡Señor, socórreme!” Mas Él respondió: “No está bien tomar el pan de los hijos para echarlo a los perros”. Y ella dijo: “Sí, Señor, pero los perritos también comen las migajas que caen de la mesa de sus dueños”».

Homilía Diaria

El bautismo de los niños

(Mateo 19, 13-15) «Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos»

«¡Qué grande es tu fe!»
Lectio Divina

«¡Qué grande es tu fe!»

(Mateo 15, 21-28) «He ahí que una mujer cananea venida de ese territorio, dio voces diciendo: “¡Ten piedad de mí, Señor, Hijo de David! Mi hija está atormentada por un demonio”».

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Homilía Diaria

Matrimonio y virginidad

(Mateo 19, 3-12) «A causa de la dureza de vuestros corazones, os permitió Moisés repudiar a vuestras mujeres; pero al principio no fue así. Mas Yo os digo, quien repudia a su mujer salvo el caso de adulterio, y se casa con otra, comete adulterio, y el que se casa con una repudiada, comete adulterio»

Homilía Diaria

Paguemos nuestras deudas con Misa

(Mateo 18, 21—19, 1) Entonces arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: «Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo» Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda.

Cuaresma de San Miguel Arcángel y el combate espiritual
Aula en Vivo

Cuaresma de San Miguel Arcángel y el combate espiritual

En esta Aula en Vivo, el Padre Miguel habla sobre la historia de la Cuaresma de San Miguel Arcángel, su relación con San Francisco de Asis y el Papa León XIII, y cual debe ser el espíritu con el que se debe vivir esta devoción en estos tiempos.

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Homilía Diaria

San Esteban, Rey de Hungría

(Mateo 19, 16-22) «Si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes, dales el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme»

Depender del Padre
Homilía Diaria

Depender del Padre

(Mateo 18, 1-5. 10. 12-14) «Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, pues yo les digo que sus ángeles, en el cielo, ven continuamente el rostro de mi Padre, que está en el cielo»

Ser buenos ciudadanos
Homilía Diaria

Ser buenos ciudadanos

(Mateo 17, 22-27) «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; y lo harán morir, y al tercer día resucitará»

La barca y las tempestades
Homilía Diaria

La barca y las tempestades

(Mateo 14, 22-33) Jesús y dijo: «¡Animo! soy Yo. No temáis». Entonces, respondió Pedro y le dijo: «Señor, si eres Tú, mándame ir a Ti sobre las aguas». Él le dijo: «¡Ven!». Y Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!».

«Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»
Lectio Divina

«Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?»

(Mateo 14, 22-33) «Pedro saliendo de la barca, y andando sobre las aguas, caminó hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, se amedrentó, y como comenzase a hundirse, gritó: “¡Señor, sálvame!”. Al punto Jesús tendió la mano, y lo tomó con fuerza diciéndole: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?”

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