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Scott Hahn: «Creía que la Iglesia Católica era el enemigo del verdadero Cristianismo»

«Entonces, vi al sacerdote levantar la hostia y sentí una jaculatoria que salió de mi corazón en un susurro: “Señor mío y Dios mío. ¡Realmente eres Tú!” Continué resistiéndome a la conversión, pero la resistencia fue inútil desde aquél momento».
Scott Hahn: «Creía que la Iglesia Católica era el enemigo del verdadero Cristianismo»

El renombrado experto en Biblia y ex-ministro presbiteriano Scott Hahn habla con Primeros Cristianos de su conversión a la Iglesia Católica, así como de lo que los primeros cristianos le enseñaron y pueden enseñarnos a todos.

1.- ¿Cómo se puso al corriente de la Fe Católica? ¿Qué le llevó finalmente a abrazarla?

¡Primero me di a conocer como su enemigo! Yo era un protestante convencido, calvinista en mi pensar y con un estilo evangelista. Creía que la Iglesia Católica era el enemigo del verdadero cristianismo. Estaba enamorado de la Biblia y ésa era mi perdición como protestante. A pesar de mi resistencia, mi estudio bíblico me llevó a adoptar un punto de vista sacramental global. Esto me llevó a ver la necesidad de objetiva y terrena autoridad en las personas unidas con Dios. Me llevó a los Padres de la Iglesia, que eran profundos intérpretes de la Biblia.

Lo que encontré en los Padres era una iglesia que correspondía perfectamente con la religión bíblica, pero que se parecía mucho a la Iglesia Católica. Yo quería estar allí con los Apóstoles, los Padres, los mártires y los santos.

Para esos primeros cristianos, la Biblia -el libro que yo más quería- era incomprensible separado del acontecimiento que los católicos actuales denominaban «la Misa».

2.- En la «Cena del Cordero» describió su primer encuentro con la Sagrada Eucaristía. ¿Podría contarnos su experiencia y lo que los primeros cristianos tuvieron que ver en ello?

Había estado estudiando los escritos de los Padres, y había encontrado contadas referencias a «la Liturgia», «la Eucaristía», «el Sacrificio». Para esos primeros cristianos, la Biblia -el libro que yo más quería- era incomprensible separado del acontecimiento que los católicos actuales denominaban «la Misa». Bueno, yo no había tenido ninguna experiencia litúrgica, así que me persuadí para ir y ver, como parte de un ejercicio académico.

Conforme la Misa transcurría, comencé a darme cuenta de lo bíblica que era: un versículo era de Isaías, otro de los Salmos, otro de san Pablo. La experiencia fue abrumadora. Entonces, vi al sacerdote levantar la hostia y sentí una jaculatoria que salió de mi corazón en un susurro: “Señor mío y Dios mío. ¡Realmente eres Tú!” Continué resistiéndome a la conversión, pero la resistencia fue inútil desde aquél momento.

Desde ese momento, era lo que se podría llamar un caso perdido. No podía imaginar mayor emoción que la que habían obrado en mí esas palabras. La experiencia se intensificó un momento después, cuando oí a la comunidad recitar: «Cordero de Dios… Cordero de Dios… Cordero de Dios», y al sacerdote responder: «Éste es el Cordero de Dios…», mientras levantaba la hostia.

En menos de un minuto, la frase «Cordero de Dios» había sonado cuatro veces. Con muchos años de estudio de la Biblia, sabía inmediatamente dónde me encontraba. Estaba en el libro del Apocalipsis, donde a Jesús se le llama Cordero no menos de veintiocho veces en veintidós capítulos. Estaba en la fiesta de bodas que describe San Juan al final del último libro de la Biblia. Estaba ante el trono celestial, donde Jesús es aclamado eternamente como Cordero. No estaba preparado para esto, sin embargo…: ¡estaba en Misa!

3.- ¿Qué relevancia tienen hoy los primeros cristianos? ¿Qué cosas tienen en común con nosotros?

La naturaleza humana no ha cambiado. Ellos hablaban de las mismas preocupaciones que tenemos hoy -la necesidad de salvarse, el deseo de ser virtuoso, la dificultad para superar el pecado-. Hablan de eso temas con cierta frescura. Cuando leemos a los Padres, estamos escuchando el Evangelio como fue predicado al mundo pagano. También nos proporcionan excelentes modelos para llegar a un mundo, como el nuestro, que ha sido repaganizado.

4.- Scott Hahn Ha escrito numerosos libros sobre temas relacionados con la Fe Católica y la Sagrada Escritura. ¿Cuál es su propósito y qué pretende conseguir con ello?

Mi propósito ahora es el mismo que ha sido durante décadas: fomentar la capacidad para comprender la Biblia en todos los católicos y la elocuencia para que profesores y clérigos la expliquen correctamente. Esto suena absurdamente ambicioso, lo sé, pero es cierto.

No es sólo el propósito de mis libros, sino también la misión del Centro de Teología Bíblica de San Pablo, que yo fundé. El centro ofrece gran variedad de actividades, muchas para católicos ordinarios, pero muchas otras para estudiantes.

Ofrecemos estudios bíblicos de manera gratuita por internet, organizamos conferencias, formamoscatequistas con los mejores métodos para guiar el estudio bíblico, tenemos nuestras propias publicaciones (libros, unarevista, una hoja informativa), organizamos peregrinaciones a Roma y a Tierra Santa, poseemos una de las mejores bibliotecas para estudios bíblicos en internet.

Después de casi veinte años escribiendo y diez años dirigiendo el centro, estoy animado por los logros conseguidos. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer. Y sé que Dios lo hará. Así que, aun siendo mi trabajo, no hay de qué preocuparse.

…nos hemos dejado de dar cuenta de que el Evangelio sigue siendo fresco, nuevo y radical.

5.- ¿Cuál es el secreto de los primeros cristianos para su rápida evangelización del Mundo Antiguo? ¿Qué podemos aprender de ellos?

Diría que era la frescura del Evangelio. Ellos (los paganos) lo oyeron y vieron que era algo completamente diferente a lo que su cultura les estaba ofreciendo. Por esa razón era atractivo. Nosotros, después de un milenio y medio de legal y establecido cristianismo, nos hemos dejado de dar cuenta de que el Evangelio sigue siendo fresco, nuevo y radical. Muchas veces se sigue manteniendo erróneamente en severo contraste con lo que la cultura nos ofrece. Necesitamos sumergirnos en un estudio lleno de oración y en una oración llena de estudio, y así veremos a Jesús más claramente.

Él se encargará de todo desde ese momento. Si algo nos falta es esa amistad con Él, sostenida a través de una constante y disciplinada vida de oración.

«Ir a la Misa es ir al cielo, donde “Dios mismo enjugará toda lágrima” (Apoc 21, 3-4). (…) Ir a Misa es renovar nuestra alianza con Dios (…) hacemos unas promesas, nos comprometemos a nosotros mismos, asumimos una nueva identidad. Somos cambiados para siempre. Ir a Misa es recibir la plenitud de la gracia, la vida misma de la Trinidad. Ningún poder del cielo o de la tierra puede darnos más de lo que recibimos en Misa, pues recibimos a Dios dentro de nosotros mismos. Cuanto más preparados estemos para la Misa, más gracia sacaremos de ella. Y recuerda: la gracia disponible en la Misa es infinita… es toda la gracia del cielo. El único límite es nuestra capacidad para recibirla. (…) La gracia compensa cada debilidad de nuestra naturaleza humana. Con la ayuda de Dios somos capaces de hacer lo que nunca podríamos hacer por nosotros mismos: a saber, amar perfectamente, sacrificarnos completamente, entregar nuestras vidas como Cristo lo hizo. No estaremos aferrados a nada de la tierra, prefiriendo en vez de eso levantarnos hacia el cielo» (Scott Hahn, La Cena del Cordero).

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1 comentario en “Scott Hahn: «Creía que la Iglesia Católica era el enemigo del verdadero Cristianismo»”

  1. Primero como Cristiano felicito a todo a que que ama la verdad y la vida.
    Sin Eucaristía no hay vidad.
    Yo humildemente le pido a todo creistiano que amen si límites y si barreras por que cada hermosa letra que existe en la sagradas escritura nos revela el gran amor que Dios nos tiene nos explica como amarlo y como decir no a satanas.
    Viva cristo rey . Bendiones. Scott Hahn y al reto del mundo

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