Introducción

¿Qué es la Lectio Divina? 

Antes de meternos de lleno a aprender cómo se hace la Lectio Divina, es conveniente que sepamos, a grandes rasgos, qué es la Lectio Divina. Para entrar en la rica tradición de la lectura orante de la Biblia, el Papa Emerito Benedicto XVI nos deja esta enseñanza al respecto: «La Lectio Divina no es otra cosa que leer la Biblia en oración». 

¿Qué ganamos con esto? Encontrarnos, íntima y personalmente con Dios. Porque en la Biblia, Él se revela, se va mostrando tal como es, pero de a poco, en el misterio de la fe que persevera en la lectura orante. En efecto, Él te enseña en su Palabra quién es Él, cómo es Él, qué piensa y qué quiere Él. Vale la pena practicar la Lectio Divina: Él mismo se te entrega en las Sagradas Escrituras.

Como se trata de un conocimiento personal, es claro, pues, que Lectio Divina no consiste sólo en conocer «con la cabeza», sino también «con el corazón». No es sólo «saber», sino «experimentar». Para explicar esto, es bueno recordar el sentido que a veces tiene el verbo «conocer» en la Biblia, es decir, el acto del amor humano. Por ejemplo, «Conoció el hombre a Eva, su mujer, la cual concibió» (Gen 4:1). Del mismo modo, el conocimiento de Dios que nos ofrece la Lectio Divina es el resultado de la unión con Dios que nos da el amor y la fe. Así como el hombre y la mujer son «dos en una sola carne», así Dios y tú se hacen «dos en un mismo espíritu» por el conocimiento espiritual de las Escrituras.

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