En la Cruz, nuestro señor Jesucristo inaugura el sentido del perdón cuando dijo: «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» (Lucas 23:34).
Es muy común el deseo de venganza del ofendido, pues él desea que su agresor, o aquel que le causó daño, sufra y pase lo mismo que él pasó. El verdadero perdón cociste en perdonar a los demás como Dios nos ha perdonado.
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