Santa Brígida, Religiosa

(Juan 15, 1-8) «Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá»

Evangelio según San Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, Él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos».

***

Santa Brígida de Suecia

Madre de familia, religiosa católica después, mística, escritora y teóloga sueca. Fundadora de la Orden del Salvador. Fue declarada santa por la Iglesia Católica en 1391. Es considerada la santa patrona de Suecia, patrona de Europa y de las viudas. La santa más celebrada en los reinos del norte, nació alrededor de 1303; y murió el 23 de julio de 1373.

Infancia

Hija de Birger Persson, gobernador y juez provincial (Lagman) de Uppland, y de Ingeborg Bengtsdotter. Su padre era uno de los terratenientes más ricos del país, y, como su madre, ella se distinguía por una profunda piedad. Santa Ingrid, cuya muerte había ocurrido cerca de veinte años antes del nacimiento de Brígida, era un pariente cercano de la familia. La hija de Birger recibió un entrenamiento religioso cuidadoso, y desde los siete años mostró signos de extraordinarias impresiones e iluminaciones religiosas. Debido a su educación, y a la particular influencia de una tía, quien tomó el lugar de su madre después de que ésta murió en 1315, ella adquirió una fuerza de la voluntad inquebrantable que la distinguió.

Matrimonio

En 1316, en la edad de trece años, la unieron en la matrimonio con Ulf Gudmarsson, que tenia entonces dieciocho. Ella tuvo gran influencia sobre su noble y piadoso marido, y el matrimonio fue bendecido con ocho niños, entre ellos Santa Catalina de Suecia. La vida santa y la gran caridad de Brígida pronto hicieron que su nombre fuera conocido cerca y lejos. Ella tuvo contacto con varios teólogos estudiosos y piadosos entre ellos Nicolás Hermanni, después obispo de Linköping, Matías, canónigo de Linköping y su confesor; Pedro de Alvastrâ, y Pedro Magister, su confesor después de Matías. Ella estuvo después en la corte de rey Magnus Eriksson, sobre quien ella tuvo gradualmente gran influencia. Alrededor de los 40 años (1341-43) hizo una peregrinación a Santiago de Compostela en compañía de su marido. En el viaje de regreso, su marido fue golpeado por una grave enfermedad, pero se recupero lo suficiente para terminar el viaje. Sin embargo poco después murió (1344) en el monasterio Cistircense de Alvastrâ en Gothland del este.

Viudez

Santa Brígida se dedicó enteramente a las prácticas de la religión, al ascetismo, y a las empresas religiosas. Las visiones que creyó haber tenido en su niñez llegaron a ser más frecuentes y definidas. Ella creyó que Cristo mismo se le aparecía, y escribió las revelaciones que recibía y que tuvieron gran reputación durante la edad media. Estas revelaciones fueron traducidas al latín por Matías Magister y el Prior Pedro. Santa Brígida fundó entonces una nueva congregación religiosa, las Brigitas, u orden del Santo Salvador, cuyo principal monasterio, en Vadstena, fue ricamente dotado por el rey Magnus y su reina (1346). Para obtener la confirmación de su instituto, y al mismo tiempo buscar una esfera más amplia de actividad para su misión, la cual era elevar la moral de la época, ella viajó a Roma en 1349, y permaneció allí hasta su muerte, excepto mientras estaba en peregrinaciones, entre ellas, una a Tierra Santa en 1373. En agosto de 1370, el papa Urbano V confirmó la regla de su congregación. Brígida hizo representaciones serias al papa Urbano, impulsando el retiro de la santa sede de Aviñon de nuevo a Roma. Ella logró el más grande bien de Roma, debido a su vida piadosa y caritativa, y sus insistentes admoniciones a otros para adoptar una mejor vida y siguiendo los excelentes precedentes que ella había adquirido en su tierra natal. El año siguiente a su muerte su restos fueron llevados al monasterio en Vadstena. Ella fue canonizada, el 7 de octubre de 1391, por Bonifacio IX.

Tomado de Enciclopedia Católica

Esta homilía apareció por primera vez aquí el  23 de julio de 2020.
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