La restauración del hombre consiste en su retorno a Dios. Teniendo como centro de su vida el mandamiento más importante: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón».
Como cristianos debemos preguntarnos: ¿Amo a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente? ¿En que están mis afectos? ¿Hay algo que ame más que a Dios?
San Juan nos dirá que amar a Dios es cumplir los mandamientos, por lo que todo nuestro ser debe estar destinado a Dios.
Evangelio según Mateo 22, 34-4
Domingo XXIX – Durante el año
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?»
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?»
Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Éste es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas».