En 1673, Santa Margarita María de Alacoque, ve a Jesucristo mostrándole su Sagrado Corazón y recibe doce promesas especialísimas, vinculadas a esta devoción.
«Yo prometo, en un exceso de misericordia de mi corazón, conceder a todos los que reciban la sagrada comunión nueve primeros viernes de mes consecutivo seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento» Nuestro Señor a Santa Margarita.
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