Cursos de Formación Católica para todos
Dios perdona siempre ¿y nosotros?
(Lucas 15, 1-3. 11-32) «[…] porque este hijo mío estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado»
Vía Crucis
Recitación del Vía Crucis con el Padre Miguel Martínez, meditando las bellísimas estaciones de la Iglesia de Notre-Dame-des-Champs.
El Sagrado Corazón de Jesús y la penitencia
Viernes penitencial para meditar en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Cada cristiano puede, desde su estado de vida, reparar las ofensas cometidas contra el Sagrado Corazón de Jesús.
[Homilía Diaria] ¡No robes la gloria de Dios!
(Mateo 21, 33-46) «… El reino de Dios os será quitado, y dado a gente que rinda sus frutos. Y quien cayere sobre esta piedra, se hará pedazos; y a aquel sobre quien ella cayere, lo hará polvo»
[Homilía Diaria] El rico y el mendigo
(Lucas 19, 19-31) «Os digo: a todo el que tiene, se le dará; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado»
¿Cómo dar limosna?
El Padre Miguel profundiza sobre la práctica de la Limosna. Una de las tres prácticas penitenciales. «Arrepentios y dad limosna» (Mc 1,15 y Lc 12,33) nos dice el Señor.
El Vía Crucis, devoción antiquísima y hondamente arraigada en el alma del pueblo cristiano, surge del deseo de meditar y sentir auténticamente la pasión y muerte de Jesucristo.
En la muerte de Cristo descubren los creyentes la prueba definitiva del amor infinito del Padre hacia el mundo. He aquí la gran paradoja cristiana: A través de la pasión y muerte del del hijo de Dios nos llega la justificación de vida a todos los que éramos hijos de maldición.
Ante los sufrimientos de Jesús, el corazón del cristiano adopta necesariamente una actitud penitencial. La cruz del Señor se levanta en medio de la Iglesia como el signo por excelencia de la salvación. La fe en la cruz victoriosa es el fundamento de la esperanza y el acicate de una continua y profunda conversión interior.
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Dios perdona siempre ¿y nosotros?
(Lucas 15, 1-3. 11-32) «[…] porque este hijo mío estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado»
Vía Crucis
Recitación del Vía Crucis con el Padre Miguel Martínez, meditando las bellísimas estaciones de la Iglesia de Notre-Dame-des-Champs.
El Sagrado Corazón de Jesús y la penitencia
Viernes penitencial para meditar en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Cada cristiano puede, desde su estado de vida, reparar las ofensas cometidas contra el Sagrado Corazón de Jesús.
[Homilía Diaria] ¡No robes la gloria de Dios!
(Mateo 21, 33-46) «… El reino de Dios os será quitado, y dado a gente que rinda sus frutos. Y quien cayere sobre esta piedra, se hará pedazos; y a aquel sobre quien ella cayere, lo hará polvo»
[Homilía Diaria] El rico y el mendigo
(Lucas 19, 19-31) «Os digo: a todo el que tiene, se le dará; y al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado»
¿Cómo dar limosna?
El Padre Miguel profundiza sobre la práctica de la Limosna. Una de las tres prácticas penitenciales. «Arrepentios y dad limosna» (Mc 1,15 y Lc 12,33) nos dice el Señor.
[Homilía Diaria] Beber el cáliz del Señor
(Mateo 20, 17-28) Mas Jesús repuso diciendo: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz, que Yo he de beber?»
[Homilía Diaria] Humildad y espíritu de servicio
(Mateo 23, 1-12) «El mayor entre vosotros sea servidor de todos. Quien se elevare, será abajado; y quien se abajare, será elevado»
«El celo de tu Casa me devora»
(Juan 2, 13-25) Y a los vendedores de palomas les dijo: «Quitad esto de aquí; no hagáis de la casa de mi Padre un mercado». Y sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo de tu Casa me devora».
[Homilía Diaria] No juzguéis
(Lucas 6, 36-38) «Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro padre. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; absolved, y se os absolverá»
[Homilía Diaria] Transfiguración y Sufrimiento
(Marcos 9, 2-10) Vino, entonces, una nube que los cubrió con su sombra, y de la nube una voz se hizo oír: «Éste es mi Hijo, el Amado. ¡Escuchadlo!»
[Homilía Diaria] Sed santos como Dios es santo
(Mateo 5, 43-48) «[…] Y si no saludáis mas que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis vosotros de particular? ¿No hacen otro tanto los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto»