
Consejos de un santo para educar a los hijos
San Alfonso María de Ligorio señala los serios e importantes deberes de los padres con relación a la formación cristiana de sus hijos.
San Alfonso María de Ligorio señala los serios e importantes deberes de los padres con relación a la formación cristiana de sus hijos.
La alfombra persa de la vida matrimonial feliz no se teje tan sólo con los hilos claros de la alegría y del placer, sino también con los colores más oscuros del sufrimiento, de la autoridad, de la disciplina, de la indulgencia y del perdón.
Hay que desterrar la idea de que la adopción es algo así como un «premio consuelo», o segunda opción: sean biológicos o adoptivos, los hijos son siempre un regalo inmenso e inmerecido que Dios nos da.
Para los niños, los padres son espejos de perfección. El padre es la imagen de la fortaleza; la madre, de la bondad. Ambas imágenes se confunden en cierto modo, personificando la justicia soberana y la bondad misericordiosa de Dios.
La sociedad atraviesa una gran crisis, la crisis del hombre moderno que no ha sabido forjar su carácter, no ha podido aprender de la valía de sus antepasados y mucho menos pensar por sí mismo. Nos encontramos ante hombres débiles que son consolados por una falsa «pax moderna». ¿Cuál será la herencia que recibirán las próximas generaciones? Serán más pobres… pero más dignos.
El testimonio profético de Pablo VI es más necesario hoy que en 1968, ya que el comportamiento contrario a la enseñanza de la Encíclica Humanae Vitae se ha convertido en una práctica generalizada.
Los huérfanos digitales» o «huérfanos cibernéticos» son aquellos niños cuyos padres les permiten sumergirse en las pantallas no solo en casa, sino en la calle, en el coche, etc… sin restricción alguna, algo que pone en serio riesgo la vida familiar.
Realizamos un deficiente trabajo cuando preparamos a nuestros hijos solo con el conocimiento de la fe, sin comprender el costo de la misma en el siglo XXI, una era de capitulación y apostasía que nos pide que ofrezcamos delante de sus ídolos «una pizca de incienso».
Tener una mascota es sencillo. Asegúrese de que se satisfagan sus necesidades básicas y todo estará bien. No se necesita nada heroico. Todavía puede experimentar las “cosas buenas” de la vida: una noche tranquila a solas, una noche en la ciudad o unas vacaciones extravagantes. Pero, cuando crías a un niño, las cosas son diferentes.
Marilú narra las desventuras de sus últimos 7 embarazos, y manifiesta sentirse «feliz y plena» a pesar de las muchas críticas.
La familia es el primer hábitat natural del ser humano: «El hombre necesita no sólo una morada donde vivir, sino sobre todo, necesita un hogar donde se sienta acogido y comprendido. Fuera de él las relaciones se hacen superficiales y susceptibles de rechazos e incomprensiones. El hogar debe ser para el hombre un espacio de libertad» (Discurso Roger Texier).
¿Es prioridad de los padres de familia inculcar valores y principios cristianos a sus hijos? Paternidad responsable significa enseñarles – desde pequeños – a los hijos a ser hombres y mujeres de bien, conocedores de los principios humanos y cristianos. ¿Aprenden y desarrollan estos valores nuestros hijos hoy?… Para enseñar valores, primero los padres deben poseerlos.
San Juan Crisóstomo fue educado en el amor a Dios desde su más tierna infancia, y eso le hizo un gran bien. Por eso escribe: «Cría un atleta para Cristo y, permaneciendo en el mundo, enséñale a ser piadoso desde la primera infancia».
No creo que sorprenda a nadie que estos tiempos puedan ser calificados de tiempos de obsesión cibernética. A una velocidad mayor a la imaginada por los más avanzados de los novelistas de la ciencia-ficción, nuestra sociedad se está viendo envuelta y atenazada por el manto de acero y silicio de la tecnología electrónica.
Existen algunas actitudes que los padres de familia deben reconocer en sus hijos ante la aparición de algunos rasgos vocacionales. El P. Emvin Busuttil da a los padres algunas ideas sobre cómo deben comportarse si acaso alguno de sus hijos es llamado por Dios para su servicio. Si consideramos la vocación a la luz de la fe, es un honor para los padres de familia tener entre sus hijos a un escogido, uno que ha atraído sobre sí las miradas del Omnipotente.
¿Cuál es el mejor modo para preparar a nuestros hijos y que den su propio «fiat» a la llamada vocacional de Dios?
Es necesario que los Padre entrenen a sus hijos para que escuchen la llamada vocacional de Dios.
Se ha propagado cada vez más la idea de que necesitamos liberar a la mujer de la presión social que la obliga a ser madre. ¿Pero sería verdaderamente una liberación? ¿O se trata, por el contrario, de una nueva esclavitud?
Hay mucho que desarrollar en la persona de cada hijo: virtudes humanas, buenos hábitos, virtudes cristianas, corrección en el trato, capacidad de discernimiento, madurez afectiva… A pesar de querer lo mejor para los hijos, no siempre los padres los benefician con ciertas actitudes.
¿Cómo hacer para que no eduquen a nuestros hijos como idiotas morales? ¡Viviendo con templanza! La templanza grita a los padres: «moderen el despilfarro, tengan austeridad»
Es común que los padres construyan para sus hijos «un mundo ideal», aislándolos en lo posible de la dolorosa realidad, pero cuando aquellos despiertan, encuentran un mundo hostil, lleno de trampas y mentiras. ¿Qué posibilidades tienen nuestros hijos de convertirse en mujeres y hombres de bien si no les inculcamos virtudes?
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