Cristo es Rey de las naciones, sin embargo, en la mayoría de ellas no se le conoce. En otras está positivamente proscrito. Los hombres le han destronado. «Ahí tenéis a vuestro Rey. -¡Crucifícale! -¿ A vuestro Rey voy a crucificar? -Nosotros no tenemos más Rey que al César» (Jn. 19, 14-15). «No queremos que éste reine sobre nosotros» (Le. 19, 14).
Jesucristo es el Rey del Universo ¿Cómo podemos lograr que su reinado se haga realidad entre los hombres?
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