Antes de realizar estas lecciones, lee los siguientes textos en la Biblia:
3 10Tú, en cambio, me has seguido en la doctrina, la conducta, los propósitos, la fe, la magnanimidad, el amor, la paciencia, 11las persecuciones y los padecimientos, como aquellos que me sobrevinieron en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones soporté! Y de todas me libró el Señor. 12Por otra parte, todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús serán perseguidos. 13Pero los malvados y embaucadores irán de mal en peor, engañando a los demás y engañándose ellos mismos. 14Tú, en cambio, permanece en lo que aprendiste y creíste, consciente de quiénes lo aprendiste, 15y que desde niño conoces las Sagradas Escrituras: ellas pueden darte la sabiduría que conduce a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. 16Toda Escritura es inspirada por Dios y además útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para toda obra buena.
4 1Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y a muertos, por su manifestación y por su reino: 2proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo, arguye, reprocha, exhorta con toda magnanimidad y doctrina. 3Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que se rodearán de maestros a la medida de sus propios deseos y de lo que les gusta oír; 4y, apartando el oído de la verdad, se volverán a las fábulas. 5Pero tú sé sobrio en todo, soporta los padecimientos, cumple tu tarea de evangelizador, desempeña tu ministerio.
1 12Y se les reveló que no era en beneficio propio, sino en el vuestro | por lo que administraban estas cosas | que ahora os anuncian quienes os proclaman el Evangelio | con la fuerza del Espíritu Santo enviado desde el cielo. | Son cosas que los mismos ángeles desean contemplar. 13Por eso, ceñidos los lomos de vuestra mente y, manteniéndoos sobrios, confiad plenamente en la gracia que se os dará en la revelación de Jesucristo. 14Como hijos obedientes, no os amoldéis a las aspiraciones que teníais antes, en los días de vuestra ignorancia. 15Al contrario, lo mismo que es santo el que os llamó, sed santos también vosotros en toda vuestra conducta, 16porque está escrito: Seréis santos, porque yo soy santo. 17Y puesto que podéis llamar Padre al que juzga imparcialmente según las obras de cada uno, comportaos con temor durante el tiempo de vuestra peregrinación, 18pues ya sabéis que fuisteis liberados de vuestra conducta inútil, heredada de vuestros padres, pero no con algo corruptible, con oro o plata, 19sino con una sangre preciosa, como la de un cordero sin defecto y sin mancha, Cristo, 20previsto ya antes de la creación del mundo y manifestado en los últimos tiempos por vosotros, 21que, por medio de él, creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y vuestra esperanza estén puestas en Dios. 22Ya que habéis purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad hasta amaros unos a otros como hermanos, amaos de corazón unos a otros con una entrega total, 23pues habéis sido regenerados, pero no a partir de una semilla corruptible sino de algo incorruptible, mediante la palabra de Dios viva y permanente, 24porque Toda carne es como hierba | y todo su esplendor como flor de hierba: | se agosta la hierba y la flor se cae, | 25pero la palabra del Señor permanece para siempre. Pues esa es la palabra del Evangelio que se os anunció.
2 1Así, pues, apartaos de toda maldad, de toda falsedad, hipocresía y envidia y de toda maledicencia. 2Como niños recién nacidos, ansiad la leche espiritual, no adulterada, para que con ella vayáis progresando en la salvación, 3ya que habéis gustado qué bueno es el Señor. 4Acercándoos a él, piedra viva rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa para Dios, 5también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción de una casa espiritual para un sacerdocio santo, a fin de ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo. 6Por eso se dice en la Escritura: Mira, pongo en Sión una piedra angular, elegida y preciosa; quien cree en ella no queda defraudado. 7Para vosotros, pues, los creyentes, ella es el honor, pero para los incrédulos la piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular, 8y también piedra de choque y roca de estrellarse; y ellos chocan al despreciar la palabra. A eso precisamente estaban expuestos. 9Vosotros, en cambio, sois un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las proezas del que os llamó de las tinieblas a su luz maravillosa. 10Los que antes erais no-pueblo, ahora sois pueblo de Dios, los que antes erais no compadecidos, ahora sois objeto de compasión. 11Queridos míos, como a extranjeros y peregrinos, os hago una llamada a que os apartéis de esos bajos deseos que combaten contra el alma. 12Que vuestra conducta entre los gentiles sea buena, para que, cuando os calumnien como si fuerais malhechores, fijándose en vuestras buenas obras, den gloria a Dios el día de su venida. 13Someteos por causa del Señor a toda criatura humana, lo mismo al rey, como soberano, que a los gobernadores, 14que son como enviados por él para castigo de los malhechores y aprobación, en cambio, de los que hacen el bien. 15Porque esa es la voluntad de Dios: que haciendo el bien tapéis la boca a la estupidez de los hombres ignorantes. 16Como personas libres, es decir, no usando la libertad como tapadera para el mal, sino como siervos de Dios, 17mostrad estima hacia todos, amad a la comunidad fraternal, temed a Dios, mostrad estima hacia el rey. 18Que los criados estén, con todo temor, a disposición de los amos, no solo de los buenos y comprensivos, sino también de los retorcidos. 19Pues eso es realmente una gracia: que, por consideración a Dios, se soporte el dolor de sufrir injustamente. 20Porque ¿qué mérito tiene que aguantéis cuando os pegan por portaros mal? En cambio, que aguantéis cuando sufrís por hacer el bien, eso es una gracia de parte de Dios. 21Pues para esto habéis sido llamados, | porque también Cristo padeció por vosotros, | dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas. 22Él no cometió pecado | ni encontraron engaño en su boca.
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